No se si es la luna, la primavera que no llega o la dichosa crisis, pero últimamente veo mucha gente alrededor cargada de #malrollismo y no con ellos mismos, que oye mira, si fuera con ellos mismos pues allá penas (porque eso de llevarse mal con uno mismo tiene que ser un problema y de los gordos) pero es que lo distribuyen por donde quiera que van. Otra cosa es que consigan contagiarlo al resto. Y digo yo ¿tanto se aburren para dar tanta guerra? Porque lo que es a mi, lo que me dan es risa... Pero una tiene un límite y aunque esto sea un blog de moda, de vez en cuando también vale para desahogar, que para eso es mi blog y escribo de lo que me da la gana, ¿no?
La cosa empezó hace un par de semanas, y claro alguna explicación al #malrollismo tenía que haber. Ya esta, había luna llena. ¡Ah, no! Que hay algun@ por ahí que sigue en sus trece... será entonces que le afecta la luna llena, el cuarto menguante, el creciente y todos los planetas del sistema solar...como al presi de mi edificio que le ha dado por gritarnos porque no nos sabemos los nombres de los presidentes de los bloques que hay al otro lado del charco... ¡pero si nadie nos los ha presentado!
Y luego esta ese otro "colega", por llamarlo de alguna manera, al que le sueltas cuatro verdades, que te permites el lujo de soltar por eso de que hay (o había) confianza y le sientan tan mal, que te da los buenos días con mucho trabajo...y claro, las verdades ofenden ¡y de que manera!
Y la cosa no quedó ahí, os pongo en situación. Domingo a medio día, en frente del semáforo, tía con pinta de loca (a la que conozco pero no quiero que se sepa) mirando mis zapatos... pasas a su lado y frasecita: "Madre mía, por Dios. Cualquiera te conoce así". ¡Pues vamos, ni que me arreglara sólo los domingos! (Las chicas del grupo Cómidas, Ágapes y Otros Acontecimientos pueden dar fé de que no es así...que yo voy "arreglá pero informal" todos los días)... ¿Qué pasa? ¿Que un día te pones unos taconazos de 12 cm y ya tienen algo que decir? Como dijo esta mañana una buena amiga parafraseando a su madre: "Si canto me llaman loca, si callo la presumida, ¿qué haré yo señor para que el mundo no diga?" Y por otro lado, ¿Acaso le dije yo que parecía Chewbacca con ese abrigo de pelo largo que le dio por ponerse y que le queda de pena? Pues no... ¿Por qué? Básicamente porque tengo más educación y hulmidad....
Y hablando de hulmidad, cuanta hace falta en el mundo....que no somos nadie y nos creemos Ministr@s en Lenguas Varias y Letrad@s del Tribunal Superior de Justicia... Esto mejor no os lo cuento porque el tema de los aires de grandeza da para mucho... pero mucho, mucho... Qué list@s hay en todos los sitios, y como dice otra buena amiga mía: "Nosotras mejor pasamos por tontas, que list@s ya hay much@s". Pero claro, una tiene un límite, y mientras tanto calla...
Y mientras tengo la boquita cerrada (que según mi padre debería de contar no hasta 100 sino hasta 1.000 ó 10.000 para tener la boca más cerradita, que no es que yo sea de las que calla mucho precisamente...) pues pienso: Esta gente necesita poner en práctica el
decálogo de Mi Vida en Rojo y ya de paso comprarse el libro de Mr. Wonderful: "
Cosas no aburridas para ser la mar de feliz" porque claro, necesitan ayuda urgente y no siempre la quieren.
Y ante esto, sólo hay un arma de destrucción masiva que impida el #malrollismo que intentan generar: SONRISAS POR DOQUIER. Así que ya saben ¡sonrían por favor!